domingo, 5 de agosto de 2007

La diosa Oscura

El arquetipo de la oscuridad, lo prohibido, lo maldito, donde nuestros temores y miedos florecen, partes de nuestro mismo ser que no ha sido descubiertas o que se encuentran enterradas en el fondo mismo sin atreverse a salir, puede ser parte de nosotros que no nos atrevemos a afrontar y que permanece a la espera como un cazador esperando su presa.
No podemos renacer sino hemos muerto, no se puede construir algo nuevo sino se ha destruido lo que hay en ese espacio.
La diosa oscura reveladora de misterios, de la magia misma, de la visión de poder ver más allá de nuestros sentidos, madre del subconciente, y por lo tanto la que mejor nos conoce, ya que lo hace desde lo más profundo, conoce nuestra sombra, la que no ha sido revelada o la que no queremos revelar.
Trabajar con una diosa oscura, no es simplemente invocarla para desvanecer algún problema, trabajar con ella es un compromiso ya que nos va hacer enfrentar a nuestros temores, y muchas veces puede ser una manera bastante directa y tal vez no agradable. Invocar a una diosa oscura, es comprometerte a conocer tu lado oscuro, conocerte a fondo y si desvanecerá los problemas pero únicamente si los cortas desde la raíz (la psicología de Jung dice que para curar las heridas y el sufrimiento, debemos desarrollar una relación con nuestra sombra).
Trabajar con una diosa oscura es prepararnos para la muerte de nuestras viejas formas, sin autocompasiones y prejuicios, de modo que este viaje te lleve nuevamente al renacimiento, a nuestra propia curación, hay que recordar que al fin y al cabo somos uno con la misma sombra a la que tememos, he de aquí los prejuicios relacionados con esta cara de la diosa.